Ciencia y Pseudociencia
El hecho de separar a la Ciencia de la
Pseudociencia es desde ya complejo debido a que los límites entre ellas pueden
en ocasiones ser difusos y poco claros, y dependen del criterio de demarcación
que se utilice, es decir qué parámetros se tomarán para considerar algo como
científico o para desestimarlo como tal.
El
objetivo del siguiente trabajo monográfico es comprobar que si bien el término
pseudociencia está correctamente aplicado en el sentido de que se utiliza para
aquellas prácticas que claman ser ciencias, a pesar de no tener conocimientos
sustentados en el método científico, es una categorización excesivamente amplia,
debido a que se aúnan disciplinas en muchos sentidos totalmente
distintas e inconexas, con conocimientos de diversas procedencias y de mayor o
menor validez según el caso. Además la aplicación del término pseudociencia y
sus límites variarán indefectiblemente dependiendo de las pautas que se
utilicen para considerarlo.
A lo largo del siguiente texto se
tomarán las concepciones más significativas de ciencia, pseudociencia y
criterio de demarcación y a su vez se ejemplificará convenientemente para
lograr una mejor comprensión del concepto.
Luego se tomarán situaciones en
las que se haga patente la amplitud y en ciertos aspectos imprecisión e
inexactitud de la palabra pseudociencia.
Pero para poder demostrar la hipótesis
previamente formulada, es importante primero definir qué es la ciencia para así
evitar cualquier tipo de ambigüedad. Según la Real Academia Española, la
ciencia es el “conjunto de conocimientos
obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente
estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales”. También se
la puede hallar en la Enciclopedia Universal Ilustrada como el “conocimiento
cierto de las cosas por sus principios y causas, cuerpo de doctrina
metódicamente formado y ordenado que constituye un ramo particular del saber
humano.” En conclusión,
se puede decir que un conocimiento es científico cuando este es obtenido a través del método científico.
Pero
es también insoslayable que en las ciencias lo que hoy es cierto mañana puede
no serlo. Una teoría con amplia aceptación en el ambiente científico puede ser
descartada por una teoría más compleja y que se ajuste de forma más cercana a
la realidad. Es por eso que es difícil discernir entre lo científico y lo no
científico y los límites pueden ser difusos. Por más exacta, fácil de
comprender y acertada que parezca una teoría si en determinado momento aparece
una que explique mejor lo que en verdad sucede, la anterior debe quedar
descartada ya que tal como lo expresó Aristóteles: “La única verdad es la
realidad.” Es por eso que algo que un día es tomado como cierto dentro de la
comunidad científica al día siguiente queda desechado por mas fácil de
comprender o correcto que haya parecido en principio el concepto. Se puede
tomar como caso ejemplificador de esto a la generación espontánea, teoría formulada
por Aristóteles en el siglo IV a.C. y que fue considerada válida hasta ser refutada
por la experiencia de Francesco Redi en el siglo XVII, es decir que más de mil
años de una teoría científica fueron derribados por una simple experiencia.
Por otro lado, se define a la pseudociencia como
falsa ciencia. Existe el preconcepto de que el hecho de que un conocimiento no
sea considerado como científico, lo convierte en obsoleto y digno de ser
descartado. Pero esto no tiene que ser necesariamente así. Karl Popper en
“La lógica de la investigación científica” busca encontrar un criterio
denominado por él mismo “criterio de demarcación” mediante el cual separar lo
que es ciencia de lo que no lo es. Pero lo que es digno de mencionar es que
para Popper el hecho de que un conocimiento no fuera científico no lo convertía
en carente de validez. Es por esto que es necesaria una subcategorización
dentro de las pseudociencias ya que hay infinidad de conocimientos útiles y
validos que según qué criterio de demarcación se utilice, pueden no ajustarse a
ella. Un ejemplo de esto es el psicoanálisis, que es actualmente considerada
une terapia psicológica con fundamentos científicos y que ha funcionado en gran
cantidad de individuos, y sin embargo según Popper la teoría freudiana es
pseudocientífica (lo que no la hace absurda o inútil) ya que sus postulados no
podían ser sometidos a refutación y además justificaba sus postulados con
hipótesis Ad hoc, es decir,
elaboradas especialmente para cada caso en particular. Para Popper se podía
afirmar que una disciplina es científica cuando sus postulados y teorías podían
ser refutados independientemente de si superaban esta prueba exitosamente o no
(este era su criterio de demarcación).
Muy distinto de este era el pensamiento
del empirismo, que sostenía que la única forma de llegar al conocimiento
científico era a través de la experiencia y los sentidos y utilizaban como
método la lógica inductiva. He aquí un pequeño ejemplo ilustrativo de
inductivismo lógico: Todos los cisnes que
se hayan visto son blancos. Por lo tanto todos los cisnes son blancos.
Según Hume, prolífico defensor del empirismo, todo aquello que no perteneciera
a este era “absurdo” y “carente de sentido”. Lo contrario de esto es el método
lógico deductivo que partiendo de una serie de premisas llega a una conclusión
final.
He aquí que se hace evidente que lo que para
algunos es ciencia, para otros no lo es, todo depende del anteriormente
mencionado criterio de demarcación. Para el caso, podríamos establecer una
analogía entre la doctrina popperiana y el inductivismo, ya que para este
último todo aquello fuera de la ciencia carecía de sentido, exactamente lo
contrario de lo sostenido por Popper. Este último punto evidencia que para
poder establecer lo que es ciencia de lo que es pseudociencia hace falta una
unificación de criterios y asimismo denota las distintas concepciones de
pseudociencia existentes.
Independientemente de esto, es imperiosa
la realización de una división dentro de las pseudociencias. Para entender
mejor esto es conveniente ejemplificar. Un
claro ejemplo de la amplitud de la palaba Pseudociencia, es que se
incluya bajo la misma terminología al espiritismo con la astrología, ya que en
este caso la astrología partió de una
base fundamental que era el estudio de
los astros, que sí se realizó siguiendo un método científicamente correcto como
lo es la observación y cuyos conocimientos pioneros forman hoy parte de una
ciencia aceptada como lo es la astronomía; en cambio el espiritismo no se basa
en ningún tipo de conocimiento científico sino en la suposición de que “por
medio de magnetismos o de otros modos, pueden ser evocados los espíritus para
conversar con ellos”. La Astrología es la Ciencia de los astros que enseña a
calcular sus efectos, su influencia y su supuesta intervención más o menos
directa en los destinos y acontecimientos humanos. Si se analiza solamente la
etimología de la palabra, proveniente del griego, se supone que la astrología
comprende solamente el estudio de los astros, entonces se la puede confundir
con la Astronomía, si bien se puede
decir que la astrología es un ancestro de la Astronomía. En un principio la
astrología era el estudio de los
movimientos de los astros, por lo tanto cimentó las bases de la astronomía actual.
La antigua astrología esférica, que estudiaba el movimiento de los planetas y
las estrellas es la precursora de la actual astronomía. Así como también la
astrología natural, que estudiaba la acción de los astros sobre el clima, las
mareas y los temblores de la tierra dieron paso a la Meteorología y la
Vulcanología Es decir que distintas
ramas de una disciplina considerada pseudocientífica, dieron orígenes a prácticas
hoy en día consideradas ciencias.
Otra práctica actualmente considerada
como pseudociencia es la alquimia. Es definida como química de los antiguos, y
si bien todas sus teorías, como las teorías de la transmutación de los metales,
eran erróneas y no tenían sustento científico alguno, partían del estudio de la
materia y de bases experimentales. Tal es así que en la antigüedad la práctica
de la alquimia englobaba al estudio de casi todas las ciencias naturales. Tal
como se expresa en la Espasa Calpe, “…con el nombre de alquimia se designan las
doctrinas y prácticas de los antiguos químicos que precedieron a la formación
de la química moderna”. Es decir que una ciencia con sólida base científica y
ampliamente reconocida como ciencia, halla sus bases en una práctica
pseudocientífica.
En conclusión, los límites entre la
ciencia y la pseudociencia son muchas veces borrosos y cambiantes conforme pasa
el tiempo. Sin mencionar que son variables dependiendo de la óptica desde la
que se los mire. Muchas veces se le da una connotación peyorativa a la palabra
pseudociencia aludiendo a que son meras creencias. Y muchas veces esto es
cierto. ¿Pero puede decirse que la ciencia está totalmente exenta de un cierto
grado de creencia? Después de todo, en
algún momento se necesitó un cierto grado de fe y creatividad por parte del
científico para hallar una solución a un problema o interrogante. Por último,
salta a la vista el hecho de que las
fronteras entre lo científico y lo pseudocientífico son poco definidos y están
en constante mutación.
Bibliografía:
“Enciclopedia
Universal Ilustrada”, Espasa Calpe S.A., Madrid 1958
“Popper,
Vida, Pensamiento y Obra” Planeta DeAgostini S.A., España 2007
“Diccionario
Espasa de Ciencias Ocultas” J. Felipe Alonso, Editorial Espasa, Madrid 1999
“Diccionario
Enciclopédico Hispano-Americano” Montaner y Simón Editores, Barcelona
“La
lógica de la investigación científica” Karl Popper, Editorial Tecnos, Madrid
1980
“Diccionario
de Filosofía” J. Ferrater Mora, Editorial Ariel, Barcelona 1994
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